Este sentimiento es comĂşn entre los inmigrantes de primera generaciĂłn como yo. Navegamos por una tercera cultura reciĂ©n formada, Ăşnica para la realidad de cada uno; una mezcla de las tradiciones de tus cuidadores y las normas establecidas de tu nuevo entorno. Al reflexionar sobre mi historia hasta ahora, entiendo las razones por cual mi cuerpo ha estado en modo de supervivencia durante tanto tiempo y porque ignore su anhelo de establecerse. Por gran parte, esta nueva conciencia se la debo al tiempo que he formado parte de la comunidad SEI.  Â
Mi travesĂa con SE™ comenzĂł a principios del verano de 2020. Como muchos de nosotros, fue una Ă©poca en la que nuestras vidas dieron un vuelco debido a la pandemia. Acababa de regresar a la casa de mi madre en Estados Unidos tras ser evacuada repentinamente de Paraguay, donde trabajaba como voluntaria de desarrollo comunitario y econĂłmico con el Cuerpo de Paz de Estados Unidos. Durante esta transiciĂłn profesional, encontrĂ© una oferta de trabajo en el equipo administrativo de SEI. Recuerdo haber conocido a mi actual supervisora, mentora y amiga, Krysti Giese, quien me introdujo a los fundamentos de SE™ durante mi incorporaciĂłn. Aunque sabĂa que estaba consiguiendo un puesto, no me di cuenta de que tambiĂ©n recibirĂa el hermoso regalo de la regulaciĂłn del sistema nervioso y la oportunidad de integrarlo con un prolongado regreso a mi tierra natal. Â
Aunque era consciente del beneficio para los empleados a tiempo completo de poder participar en nuestra formaciĂłn profesional para mejorar nuestra comprensiĂłn de SE™, no di el salto hasta hace poco cuando se inaugurĂł la primera generaciĂłn colombiana. Me emocionĂ© cuando me invitaron a participar en las conversaciones iniciales con nuestra tenaz organizadora de la formaciĂłn en Colombia, Laura Botero, de Tierra Somática. Para mi grata sorpresa, el lugar elegido por el equipo de Laura para la formaciĂłn se encontraba precisamente en el Altiplano Cundiboyacense, en la parte noroeste de los Andes colombianos, la tierra de mis antepasados indĂgenas. No podĂa perderme esta oportunidad tan enriquecedora, tanto a nivel profesional como personal. Â
Al llegar a la formaciĂłn, el impresionante entorno natural de Villa Del Leyva me llenĂł de asombro y alegrĂa. El hecho de poder interactuar en español con profesionales de la sanaciĂłn de todo el paĂs y de paĂses vecinos me permitiĂł mostrarme de una manera que nunca habĂa experimentado en un entorno educativo. Uno de los elementos más memorables y significativos de la formaciĂłn fue lo mucho que bailamos durante todo el curso. Ya fuera en los ejercicios de apertura de la mañana, por las tardes para combatir el bajĂłn de energĂa despuĂ©s del almuerzo, o al final de la semana para celebrar que habĂamos terminado, bailar al ritmo de la mĂşsica local añadiĂł ese toque especial colombiano a nuestro grupo. La cantidad de orientaciĂłn y expansiĂłn de mi contenedor que experimentĂ© durante mi año principiante de la formaciĂłn ha sido sin duda extremamente valioso para la forma en que me presento dĂa tras dĂa ante mis compañeros de SEI, mis seres queridos y, en realidad, ante cualquier persona con la que me encuentro. Los conocimientos y las habilidades que he adquirido hasta ahora tambiĂ©n han sido fundamentales para afrontar a varios desafĂos recientes. Â
En particular, las enseñanzas de SE™ han sido un recurso importante para apoyar a mi suegra resiliente, que recientemente ha sobrevivido al cáncer. En mis primeros años de trabajo en SEI y antes de su diagnĂłstico, ella siempre tenĂa ganas de absorber los limitados, pero impactantes, protocolos, libros y recursos pĂşblicos de SE™ que yo podĂa compartir con ella, a medida que incorporaba enfoques más orientados al cuerpo para aliviar su dolor crĂłnico. Incluso trabajĂł con una SEP™ basada en Carolina del Norte antes de mudarse a Colorado. Cuando comenzĂł la difĂcil batalla contra el cáncer a finales del año pasado, mi marido y yo pudimos utilizar mis amplios conocimientos básicos como un recurso para nosotros como su principal sistema de apoyo. Mientras tanto, en Colombia, mis seres queridos sentĂan cada vez más curiosidad por las formaciones a las que asistĂa. Me emociona compartir que esto ha ayudado a abrir la conversaciĂłn sobre el tema culturalmente tabĂş del tratamiento terapĂ©utico con ellos, y este año he comenzado a recomendar a los servicios de mis colegas colombianos para que reciban apoyo individual. El efecto dominĂł de SE™ está en pleno apogeo en mis comunidades, como una semilla fructĂfera que ha sido cuidadosamente plantada para aquellos que más quiero. Es una lecciĂłn de humildad poder vivir esta fase inicial de la sanaciĂłn intergeneracional sagrada. Â
Profesionalmente, uno de los aspectos más destacados de la formaciĂłn fue poder comprender de primera mano la experiencia de nuestra comunidad global, incluso a los estudiantes internacionales, los asistentes y el profesorado. Â
Quiero expresar mi especial agradecimiento a Mahshid F. Hager, que graciosamente enseño los mĂłdulos iniciales de esta primera formaciĂłn, y a Russell Jones, que se encargará de los restantes en unos meses. Me inspira ser testigo del compromiso de SEI con el crecimiento global, fomentando el intercambio intercultural de diversos profesores en nuestras formaciones fuera de Estados Unidos, y saber que el crecimiento de los profesores locales tambiĂ©n es una prioridad para el futuro sostenible de las generaciones de SE™ en nuevas regiones. Participar en la formaciĂłn tambiĂ©n me ha ayudado a conectar a un nivel profundo con mis compañeros del ComitĂ© de Cultura Global de SEI. Junto con nuestra gerenta de programas internacionales, Katie Kroll, he tenido el honor de servir como enlace del personal para este comitĂ© durante varios años, y es un espacio mensual que realmente mantiene y contribuye a la colaboraciĂłn global que expande la misiĂłn de nuestra organizaciĂłn por todo el mundo. Â
Siempre estarĂ© agradecida por la oportunidad de crecer como una joven profesional dentro de la comunidad SEI — un lugar acogedor que me ha permitido sentir como en casa, donde mis identidades interseccionales y culturas geográficamente distantes pueden coexistir en armonĂa. Â
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Daniela Leposa Soracá
Gerenta de Crecimiento Cultural y OperativoÂ
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